lunes, 2 de agosto de 2010

Como en una película

Se oyeron pasos, caminando lentamente. Abrí los ojos poco a poco, pude ver como las persianas de mi mente se abrían lentamente dejando ver primero asfalto, después arboles y por último el cielo. Un cielo de color rosado, pude imaginar que se trataba de un atardecer. El viento soplaba suavemente a las hojas de los arboles que dejaban tras su movimiento un sonido relajante, hojas contra hojas. Algunas caían al suelo y resbalaban por éste hacia mí haciendo mas sonoro el sonido, hojas contra asfalto. El sonido de un cristal rompiéndose a lo lejos perturbó aquel relajado ambiente y giré la vista hacia una casa que tenia a mi izquierda. Parecía todo en calma pero retumbaban en mis oídos aquellos trozos de cristal cayendo al suelo. Era una casa típica americana. Con su jardín delantero con un caminito en medio que llegaba al porche donde una lámpara de aspecto antiguo te daba la bienvenida desde lo alto. Música empezó a sonar, como si viniera de lejos, aumentando gradualmente el volumen, una melodía melancólica que casi me hizo llorar, y mi vista se nubló. Entre la niebla aparecieron niños corriendo felices, y al fondo la casa que antes veía, los niños que de cuando en cuando salían a la carretera imitaban el vuelo de un avión y hacían rebotar sus labios entre si para imitar también el sonido de la hélice delantera. Nada mas que unos segundos hicieron falta para que el terror acudiera a la escena y la música cambió el tono, aun más triste.