martes, 29 de junio de 2010

El bosque

Una rama que crujió bajo aquellos grandes pies descalzos hizo abrir los ojos de la niña. Una pequeña niña que tumbada en el suelo ahora miraba hacia el cielo, en busca de la cabeza del ser que tenía delante.
-¿Quién eres?- Dijo ella un tanto tímida y miedosa.
Tan solo un gruñido se oyó, un gruñido que distaba de ser terrorífico. Aquel extraño monstruo que tenía delante parecía incluso estar más asustado que ella. Y ella seguía sin verle la cara, en lo alto, la luz del sol desdibujaba la figura y la ensombrecía. Ni siquiera era capaz de ver el cuerpo que ahora se adelantaba hacia ella para acogerla en sus enormes brazos peludos. Se sentía tan cómoda que hasta se permitió dormirse en los brazos de la bestia. Los colores volaban en su imaginación, todo era perfecto y todo el mundo era feliz, pero una fuerte sacudida la hizo volver a la realidad, mas oscura, mas monótona que sus sueños. Tanto notó el cambio que tardó en acostumbrar sus ojos a aquella oscuridad.
La bestia se movía lento, pasos cortos y distantes entre ellos. De un lado hasta el otro la niña veía pasar los árboles a pocos centímetros de los brazos del animal que la portaba. Giró la cabeza en la dirección a la que se dirigían y no pudo evitar sobresaltarse. Se dirigían a una pequeña ciudad de paredes blancas y tejados grises, todo parecía estar triste, no había flores, ni tampoco fuentes, tan solo casas blancas con tejados grises.

[Falta Texto]

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