sábado, 25 de diciembre de 2010

¡BANG!

¡BANG! Todos los ladrillos desperdigados por la acera, una humareda de polvo translucida, y una figura que poco a poco se dibujaba mientras andaba tranquilamente por entre los escombros. Y la gente se empezaba a alejar, corriendo, de un lado para otro, sin saber por donde escapár. La figura era un chico al que ahora ya se le podia ver entero, bien definido. Un chico normal y corriente que ahora alzaba su mano al frente. De la palma de su mano de cuatro dedos empezó a nacer una luz que se concentraba en una esfera, y... ¡BANG! El mundo era suyo, destruía cuanto quería y nadie se interponía en su camino. Un superpoder que no conllevaba ninguna responsabilidad. Una luz que iluminaba su destino... ¡BANG!

No hay comentarios:

Publicar un comentario